Es Hora Ya de Levantar El Vuelo...
Es hora ya de levantar el vuelo,
corazón, dócil ave migratoria.
Se ha terminado tu presente historia,
y otra escribe sus trazos por el cielo.
No hay tiempo de se...
La melancolía, como la tristeza, es un sentimiento que mancha. La alegría me parece el don donde nos encontramos
Ya Nunca Más Diré, Todo Termina...
Ya nunca más diré: «Todo termina»,
sino: «Sonríe, alma, y comencemos.»
En nuevas manos pongo nuevos remos
y nuevas torres se alzan de la ruina.
Otra alegr...
La felicidad es darse cuenta que nada es demasiado importante.
Esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos.
Todo lo que una mujer quiere de verdad - un perro, un hombre, Dios, cualquier cosa - lo quiere como a un hijo.
El dolor es más fuerte entre los más fuertes. Como el cáncer.
Viene Y Se Va....
Viene y se va, caliente de oleaje,
arrastrando su gracia por mi arena.
Viene y se va, dejándome la pena
que, por no venir solo, aquí me traje.
Viene y se va. Para tan breve viaje...
Mi Cinturón Aprieta Tu Cintura...
Mi cinturón aprieta tu cintura,
y tu sonrisa, mi corazón.
Sobrevolamos las islas indecibles
ya nuestro paso las nubes se disipan.
¿Cómo regresar al beso y la ar...
La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer.
Nadie podrá decir que un nido calentito y dichoso dará de sí muy grandes personas. La inadaptación a lo imperfecto es lo que mejora al hombre.
No soy pesimista. Soy un optimista bien informado.
Los políticos honrados se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la sospecha.
Nuestra sociedad ha llegado a un momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro.
Llamar fiesta a un rito tan sangriento como una corrida de toros es lo contrario de llamar sacrificio al rito incruento de la misa.
Al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra.
Una casa es el lugar donde uno es esperado.
Vivid no de acuerdo con los ideales recibidos, sino con vuestras aspiraciones, con vuestra intuición más vehemente.
El escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe porque está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no se...
Mientras Yo Te Besaba...
Mientras yo te besaba
te dormiste en mis brazos.
No lo olvidaré nunca.
Asomaban tus dientes
entre los labios:
fríos, distantes, otros.
Ya te habías ido.
Debajo de mi cuerp...